BALAMKÚ

BALAMKÚ

Balamkú significa en maya «templo de jaguar» (balam, jaguar; kú, templo), debido a la imagen de uno de estos animales encarnada en el friso de la Subestructura l-A. El área está compuesta por tres grupos arquitectónicos: el Sur, el Central, el Norte y el Grupo Sur.

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El friso de Balamkú, además de ilustrar en detalle los aspectos opuestos y complementarios del inframundo, nos muestra que el ciclo dinástico está equipado para el sitio. En esta concepción, la ascensión al trono está representada por el rey que sale de las fauces del monstruo terrestre. Como el Sol vendiendo desde la boca de la Tierra; La muerte del rey se ve como una puesta de sol, cuando cae en la boca del monstruo de la tierra. El friso muestra una doble aparición: de la hendidura del monstruo terrestre se vende el anfibio, de cuya boca emerge el rey. Las máscaras y los jaguares expresan la riqueza conceptual de la Tierra y los anfibios aseguran la transición entre los dos mundos. Dado que su nivel superior del friso corresponde a la superficie de la tierra, toda la construcción debajo de ella es inframundo. Así define el edificio al que pertenece como una imagen de la Tierra: cuando alguien entra por una de sus puertas, penetra en el inframundo.